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Los apócrifos

Es otro escrito arqueológico que posiblemente completará la colección bibliotecaria de los seudo-evangelios al lado del libro de Enoc y la Asunción de Moisés.

Los editores del documental de la National Geographic Channel están llenos de inconsistencias y sólo sirve para satisfacer la curiosidad de algunos, además de proveer dinero a los supuestos eruditos de la teología liberal que desde el siglo XIX propugna por la liberación de la necesidad de creer en la Biblia como la revelación de Dios para la humanidad.

El comentarista del programa de National Geographic Channel menciona que el reciente hallazgo de los manuscritos del supuesto evangelio de Judas pone al descubierto que en la última Cena Judas se acerca a Jesús y el maestro le dice al oído que él es el elegido para que lo entregue a los soldados porque él lo ayudará a liberarse del cuerpo mortal al ser crucificado. Como el mismo editor lo reconoce, esto es un concepto gnóstico. El gnosticismo influenciado por la filosofía platónica enseñó que el cuerpo es una especie de cárcel del alma y por lo tanto entre más pronto seamos liberados del mismo muchísimo mejor. Cuatro evangelios reconocidos por casi 20 siglos tienen más autoridad que un seudo-evangelio aparecido a última hora para tratar de desvirtuar el canon del Nuevo Testamento. Ninguno de los evangelios del canon registra que Jesús era gnóstico y por lo tanto despreció su cuerpo, al contrario tan importante era para Dios su cuerpo que no lo dejó ver corrupción sino que lo resucitó de entre los muertos.

Pretenden además hallar contradicción en el relato del Nuevo Testamento. Se dice que el libro de los Hechos no dice que Judas se ahorcó, sino que se cayó accidentalmente. Es cierto que Hch.1:18 habla de una caída de Judas, sin embargo independientemente de si se ahorcó o se “cayó de cabeza” el pasaje es claro al afirmar que Judas fue alguien que tuvo un comportamiento inicuo.

Se sabe que en el siglo II circulaban miles de manuscritos de diversos autores que escribieron haciéndose pasar por apóstoles. Este supuesto manuscrito atribuido a Judas data del siglo segundo de nuestra era mientras que los 4 evangelios datan del siglo primero.

El seudo-evangelio de Judas termina abruptamente con el beso de traición, pues a juicio de los defensores de Judas, a éste no le interesaba la muerte y crucifixión de Jesús. Esto confirma la falsedad de tal evangelio y el porqué de su rechazo en la iglesia primitiva. La muerte y resurrección de Jesús son el eje central del mensaje evangélico. Si la muerte de Jesús en la cruz no es importante, entonces no es importante su expiación por nuestros pecados. Esta posición es típica de la crítica teológica liberal que busca menospreciar la expiación de Cristo considerándola como no necesaria para nuestra salvación.

Sostiene el documental que Ireneo se tomó la tarea de seleccionar los cuatro evangelios debido a la persecución. ¿Acaso no saben los eruditos de la crítica liberal que Ireneo no fue el único que habló de cuatro evangelios reconocidos como canon de fe? Otros padres de la iglesia contemporáneos suyos trabajaron en la depuración de tanto manuscrito circulante. Tenemos a Justino Mártir (165 d.C), Taciano (170 d.C.), Teófilo (186 d.C), Clemente de Alejandría, Tertuliano (197-220 d.C).

El intento de hacer aparecer a Judas como alguien bueno y no como un villano es muy extraño. Judas no aparece como villano por ser un traidor, también era ladrón y se cree que formaba parte de los zelotes un partido judío patriótico que buscaba liberarse del yugo romano, por esta razón Judas pudo haberse decepcionado cuando se dio cuenta que Jesús no era el mesías político esperado por muchos. Tampoco se puede afirmar que Judas fue el chivo expiatorio del Judaísmo y que fue además un símbolo del antisemitismo. Hay que estudiar un poco más la historia del pueblo de Israel, su misión en el plan de Dios, sus castigos y recompensas. Lamentablemente el pueblo judío ha sido instrumentalizado con fines políticos.

Este tipo de documentales llenos de ficción hacen un grave daño a la gente no erudita puesto que los llena de dudas, especialmente a quienes no se han tomado el trabajo de estudiar las Escrituras.

Orosmán Rozo

1. GRAU, José. El Fundamento Apostólico. Ediciones Evangélicas europeas. Barcelona, 1966.

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